jueves, 10 de mayo de 2012
¿UN MUNDO SIN DINERO?
A los Economistas, palabras como conchas marinas, plumas, piedras preciosas, semillas de cacao, metales, piedras preciosas, ámbar, marfil, el jade, los clavos, la sal, arroz, dientes de perro, cuarzo y hierro, entre otros elementos más, no nos sorprenden. Históricamente, fungieron como dinero. Con base en esa realidad, no se puede excluir la posibilidad de un mundo sin billetes. Hoy, además de lo monetario, existen otros medios de pago, conocidos y aceptados por todos los países, tales como cheques, acciones, CDT´s, bonos, tarjetas de crédito, facturas, letras, etc. Para mí, un mundo sin dinero, contribuiría a construir un mundo más equitativo. Aquello de que “A cada quién según su necesidad y a cada quién según su capacidad”, tiene un significativo trasfondo social, factible de aplicar. La acumulación de capital, ha sido y será el principal enemigo de la equidad y la igualdad. Imaginemos una empresa que contrata a sus trabajadores, bajo esa premisa de la necesidad y la capacidad de cada uno, sin remuneración monetaria. Construye viviendas dotadas con lo necesario para cada uno y sin ser propietarios, lo sería la compañía, nunca tendrán que pagar servicios públicos, valorización, impuestos, alimentación, salud, educación, vestimenta ni planes de vacaciones, etc. Suena a utopía, pero es precisamente lo que hacemos como padres con el resto de la familia, incluidos nosotros. De esta manera, la acumulación pasaría a ser historia. Recordemos que la economía familiar es una microeconomía que recrea lo macro. Hoy, mansiones de más de mil metros cuadrados, abundan. Esta frivolidad, atenta contra la realidad mundial, en la cual, en unos cuantos, se concentra la riqueza mundial. Estamos enfrentando una nueva esclavitud: la del dinero, progenitora del trabajo.
Es obvio que el poder económico, en connivencia con el poder político, eterna premisa universal, no lo permitirán. Luego, el dinero, no es el problema. (JTC)
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