viernes, 11 de mayo de 2012

CAMINOS ADYACENTES: Al sentirse atrapado, el asaltante lanzó la tula con los cien millones por encima del muro. El mendigo que se hallaba del otro lado, jamás supo que lo había matado. La tula siguió descendiendo por una pendiente hasta aterrizar en un basurero. Allí llegaron los recolectores y con sus palas, evacuaron todos los desperdicios del lugar. Con su carga completa, el carro avanzaba con destino al basurero municipal, cuando en la calle trece con la carrera trece, chocó con una tractomula que iba en contravía. La basura se esparció con violencia. La tula surcó el espacio y cayó sobre el rostro del asaltante, que oculto tras una columna, buscaba eludir la acción de la justicia. Sobre su cadáver, el viento empezó a juguetear con los billetes.

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