LA DECISION DE RENE:
Si es cierto que existe el diablo, le vendería mi alma, pensó René. Y el diablo se le apareció y le dijo: cédeme tu alma y tendrás todo lo que desees. Acepto, replicó René. ¿Cuál es tu deseo?, le preguntó el demonio. ¡Quiero ser Dios!, respondió René.
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