SÁTRAPAS
“Posee un extraordinario carisma. Capaz de envolver no sólo a las personas, sino también a las masas. Además de poseer una gran oratoria gesticular muy estudiada y una capacidad de liderazgo notable es un individuo muy autosuficiente y solitario. Muy pocas personas integran su séquito personal, A ellos les exige lealtad a toda prueba y discreción. No fumador, abstemio. Se dice que no permite a sus colaboradores fumar y beber enfrente de él. Una de las características más relevantes de su personalidad es la capacidad de impresionar, encantar, manipular y subyugar a quienes lo rodean. Personas muy fuertes y seguras en sus campos de acción, en su presencia se ven disminuidas y manipuladas hasta el servilismo. Su vida sentimental es muy discreta, y no permite a nadie que se inmiscuya en esos temas. En su presencia, todo el edificio bulle de actividad. Cuando él está ausente, todo vuelve a una monótona normalidad. Es como una especie de dínamo. Se le describe como una persona con dos personalidades: en una, muy considerada y afable, y en la otra, muy fría, iracunda y avasallante, en extremo apasionada y calculadora. Se acuesta muy tarde. Otro de sus rasgos característicos es el desprecio por la debilidad y su obcecación por las metas sin importar el costo Cuando le toca tratar temas variados, muestra un acabado conocimiento de estos, llegando a sorprender a sus interlocutores.”
Cuando mi amigo me presentó esta nota y me preguntó a quien creía que estaban definiendo, yo le sonreí porque casualmente estaba informado al respecto. Incluso, cubanos en exilio, le hacen la parodia a Fidel con este texto que define los rasgos de personalidad de Hitler pero que muy bien se le podría aplicar a Napoleón, Mussolini, Duvalier, Amín Dada, Stalin y a otros sátrapas como Chávez, quien a propósito, empieza a ser una copia fiel del ruso que para lograr el control total del estado, se deshizo de sus principales opositores Troski, Kírov, Zinóviev y Kámenev. Lo mismo que está haciendo el teniente coronel con Raúl Baduel, Antonio Ledezma y Manuel Rosales (Y otros que están en remojo). Paradójicamente, olvidamos la historia y por eso la repetimos y seguimos eligiendo a todos estos paranoicos. Pero afortunadamente aunque tarde, la justicia cojea pero llega y así como lo estamos viendo hoy con Pinochet, con el “carnicero de los Balcanes” Milosevic Slobodan, con Fujimori y con Montesinos, no me sorprendería que igual ocurriese en el futuro con Chávez y su adlátere Ramón Rodríguez Chacin.
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