OPINION

ETICA DEPORTIVA

En un encuentro de fútbol se lesiona uno de los jugadores (Ocurrió en Holanda con el Ajax), un contrincante, buscando que su contendor se recupere, patea el balón con la intención de expulsarlo de la cancha con tan mala suerte que este da una extraña comba y se introduce en el arco de su rival. El árbitro avala la anotación y el balón se pone en el centro de la cancha. El estadio está en silencio, público y jugadores están pasmados. Se reinicia el encuentro e inmediatamente todos los jugadores del equipo anotador se estatizan en sus sitios mientras un contrario empata el partido.
Se define a la Ética como una ciencia del comportamiento moral que determina que es lo bueno y desde este punto de vista como se debe actuar.
Maradona hizo famosa contra Inglaterra su “Mano de Dios”. Muchos aplaudieron su picardía pero otros menos afortunados pagaron caro su osadía como le sucedió a Ben Johnson, Marion Jones y cientos más de deportistas que por su afán de triunfo irrespetaron a sus contrincantes, violaron los reglamentos, las reglas del Fair Play, la lealtad, la ética y el espíritu deportivo.
El comportamiento ético no es una prioridad del deportista, le compete también a Dirigentes, Técnicos, Patrocinadores, Jueces, Patrocinadores, Médicos, al Estado y a la familia del atleta.
El deportista es un líder de opinión, es el espejo en el cual se reflejan todos los niños deportistas del futuro, incluye su lucha todo lo que tenga que ver contra la corrupción, la manipulación, la violencia y el dopaje ya que “las reglas del deporte son reglas de vida y como tales se transfieren a todas sus actividades, incluidas las mas intimas”. Las conductas antideportivas son típicas de todas las sociedades porque lo que prima es el afán de la recompensa monetaria. Resulta repudiable la conducta de muchos científicos que han alquilado su “ética” para producir lo que se denomina “máquinas deportivas”, “atletas genéticos”, utilizando para ello la ergogenética. De antemano, la ventaja, de esta manera, estará siempre del lado de los deportistas de los países desarrollados.
El contrincante es para ser vencido, no odiado. Por ello le decimos no a la patada alevosa, a las simulaciones, a las ventas de conciencia, a la política cuando utiliza el deporte como arma propagandística. Si a la cultura del juego limpio.
“Si se ha de deber el triunfo a ocultaciones, a compra ventas de decoro, a retaceos de la justicia, a compadrazgos y camaraderías, sienta mejor a un hombre grandioso el honor de la derrota que los regocijos del triunfo”. JOSE MARTÍ